martes, 28 de octubre de 2014

¿Puede la mujer ir a rezar a la mezquita? ¿Por qué las mujeres rezan atrás de los hombres?

Por Yanci Nerio.

El hecho de ser mujer no quiere decir que no tengamos las mismas obligaciones que los hombres, de hecho hay un hadith en el cual el profeta (SAWS) dijo:

 “Ciertamente las mujeres son las mitades gemelas de los hombres

Es decir, para cada regla que se dirige al hombre también se aplica a la mujer, a menos que exista una excepción, y esto incluye el deber de realizar las oraciones obligatorias.

Y del hecho del rezo surgen ciertas dudas alrededor de cómo o donde la mujer debe realizarlo.
Las mujeres podemos asistir a rezar a la mezquita y esto está comprobado por medio de hadices:

El Profeta, la paz y bendiciones sean con él, dijo:

"No impidáis a vuestras mujeres la asistencia a la mezquita, si ellas buscan vuestro permiso para hacerlo".
"No impidáis a las siervas de Allah asistir a las mezquitas de Allah".
"Si vuestras mujeres (ya sea de vuestra familia, tribu o sociedad) procuran vuestro permiso para ir a la mezquita, entonces, dejadlas hacer eso".

No cabe duda en que podamos asistir a rezar en comunidad a la mezquita.
Pero existe otra pregunta que los no musulmanes y los musulmanes recién conversos suelen formular ya que les parece extraño o inclusive una muestra de desvalorización hacia la mujer el hecho de que recemos atrás de los hombres.

El rezo en el Islam está acompañado de una serie de movimientos  y uno de ellos es hacer una especie de reverencia que implica inclinar nuestro cuerpo, y pregunto ¿estaría bien que una mujer se inclinase frente a un hombre marcando una parte de su cuerpo que por lo general suele ser llamativa? Desde mi punto de vista no está bien, ya que podemos provocar un pensamiento fuera de lugar en los hermanos hombres, y con esto no quiero decir que los hermanos no puedan controlar sus pensamientos o emociones, sino que es la naturaleza masculina la que conlleva a que ese tipo de situaciones se desencadenen, en cambio las mujeres podemos ver a un hombre inclinándose y no vamos a ser distraídas a causa de ello. Además que el momento de oración en comunidad es un momento de adoración a Allah y de total concentración entonces el hecho de que recemos atrás no significa que seamos vistas de menos, y Allah sabe mejor.


Así pues que tengamos que rezar atrás de los hombres no nos aleje de nuestras oraciones, y que eso no impida nuestra asistencia a la mezquita en jumua, recordemos que rezar en comunidad es sinónimo de obtención múltiples de bendiciones.

La imagen de la mujer musulmana en nuestro país y en todo occidente.

Por Yanci Nerio

Por lo general cuando las personas a nuestro alrededor se dan cuenta que somos musulmanas, se asustan y comienzan a formularnos una serie de preguntas que a nosotras nos pueden causar desde risa hasta enojo, ya que siempre tienen que ver con la famosa “opresión a la mujer musulmana”.

Las personas que no conocen el islam por lo general tienen una imagen errónea de papel que juega la mujer en el islam, siempre nos ven como una mujer sumisa, callada, oprimida en fin, nos tachan como un tipo de mujer sin libertad de expresión y sin derechos.

En el Islam las mujeres siempre hemos tenido un papel muy importante y, tanto en el sagrado Corán como en la historia del Islam hay prueba de ello, como por ejemplo una sura completa dedicada a las mujeres, así también se hace mención de mujeres como Asia, esposa del Faraón, que cuidó a Moisés, y que era una devota creyente pese a la opresión de su esposo y de la corrupción que la rodeaba; María,  la madre de Jesús a la cual se le dedica una sura completa; khadija, esposa del Profeta (saws), y su hija Fátima, madre de sus nietos los Imames Hássan y Huséin.

También se nombra a la madre y a la hermana del Profeta Moisés, a Balqis, la Reina de Saba, etc. Incluso en la historia islámica hubo dos reinas, Asma y Arwa, sultanas de la dinastía Fatimí, y hasta hubo matriarcados en el Islam de África, India e Indonesia, que los mismos europeos liquidaron.
Con todos esos ejemplos no cabe duda que la mujer es tomada en cuenta tanto como el hombre en el Islam.

Hasta la fecha a las mujeres musulmanas no se nos impide estudiar una carrera universitaria, obtener un puesto laboral importante, o algo tan simple como elegir a nuestro esposo, la diferencia de la mujer musulmana con las demás mujeres de la sociedad es nuestro temor a Allah (swt) lo cual nos lleva a ser modestas en todos los aspectos de nuestro diario vivir, nos lleva a desenvolvernos con cautela y recato en una sociedad llena de inmoralidades, para nosotras huir del pecado y temer a Allah (swt) no es sinónimo de opresión.

El Islam nos ofrece a las mujeres un modo de vida pleno el cual no hace sino privarnos del pecado lo cual nos acerca más a nuestro creador y al Janah. En la actualidad entre los nuevos creyentes las mujeres lideramos las estadísticas y esto deja claro que el Islam no oprime a la mujer por qué ¿Qué mujer quiere estar oprimida? Si el islam nos oprimiera entonces las mujeres no nos convirtiéramos al islam en esta época de mentes más abiertas, de mayor acceso a la información.

Si queremos hablar de opresión no es necesario ir a buscar entre las hermanas musulmanas, nada más podemos ver las noticias o acercarnos a pedir información en las instituciones que velan por los derechos de la mujer en nuestro país y nos daremos cuenta de la opresión y maltrato que a diario viven muchas mujeres y las cuales no son musulmanas.


Asi que es nuestro deber como musulmanas mostrar al mundo que no somos objeto de opresión ni de desvalorización en el Islam.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Vivir en una sociedad no islámica no debe turbar nuestra fe.

Por: Yanci Nerio
Ser musulmana en nuestra sociedad, nos lleva a ser cuestionadas casi a diario a cerca de nuestra religión, de nuestro modo de vida, etc. La mayoría de personas a nuestro alrededor tienen una visión equivocada sobre la mujer musulmana, nos ven como mujeres oprimidas y sin derechos cuando sabemos que eso está muy alejado de la realidad, y es ahí cuando debemos mostrarle a quienes nos cuestionan lo equivocados que están.

Debemos mostrarles que el hecho de ser musulmanas no nos limita de ninguna manera para desenvolvernos libremente en la sociedad, mostrarles que vestir con recato no es sinónimo de opresión si no más bien de respeto a nosotras mismas y a nuestro cuerpo, y mostrarles que poner en practica valores morales y espirituales no está pasado de moda y que eso no nos limita en ninguna manera como mujeres libres y que toman sus propias decisiones.

En los países latinoamericanos y específicamente en nuestro país la mayoría de musulmanes somos conversos, Allah (swt) nos ha guiado al camino recto volviéndonos al Islam, y esto implica además que nuestra sociedad en su mayoría es cristiana o protestante, tenemos también testigos de Jehovah, mormones etc. Que muchas veces son más aceptados o vistos de manera más natural que nosotros los musulmanes.

Desenvolvernos en una sociedad como ésta más que un impedimento para nuestra fe, debemos verlo como una oportunidad para probarla ya que a diario nos vamos a encontrar con factores que van a intervenir en que nuestra fe fracase. Así pues que el  hecho de vivir en este tipo de sociedad no turbe nuestra fe.

Tenemos como ejemplo a Asia la esposa de Faraón que a pesar de que vivía en un ambiente ateo fue de las primeras en aceptar la profecía de Musa (as), claro no fue un camino fácil pero ella no desfalleció, siempre se aferró fuertemente a Allah (swt):

“Y Dios ejemplifica a los creyentes con la mujer del Faraón, cuando dijo: ¡Oh, Señor mío! ¡Constrúyeme junto a Ti una morada, en el paraíso, y sálvame del faraón y de sus fechorías y sálvame de los inicuos! “. [Corán 66:11]


En conclusión vivir en un ambiente donde casi todo se opone a nuestras fe no sea motivo para alejarnos de ella, es más debe ser motivo para hacernos fuertes, para no dejar pasar nuestras oraciones diarias, para no parar en nuestra búsqueda del conocimiento sobre el Islam y poder transmitirlo a nuestra sociedad y futuras generaciones y sobretodo que esta sociedad sea motivo para motivarnos a servir de ejemplo a las demás mujeres de otras religiones o a las que no profesan ninguna religión, y que se den cuenta que en el Islam el ser mujer es sinónimo de ser respeto y valoración.