Por: Yanci Nerio
Ser musulmana en nuestra sociedad, nos lleva a ser
cuestionadas casi a diario a cerca de nuestra religión, de nuestro modo de vida,
etc. La mayoría de personas a nuestro alrededor tienen una visión equivocada
sobre la mujer musulmana, nos ven como mujeres oprimidas y sin derechos cuando
sabemos que eso está muy alejado de la realidad, y es ahí cuando debemos
mostrarle a quienes nos cuestionan lo equivocados que están.
Debemos mostrarles que el hecho de ser musulmanas no nos
limita de ninguna manera para desenvolvernos libremente en la sociedad,
mostrarles que vestir con recato no es sinónimo de opresión si no más bien de
respeto a nosotras mismas y a nuestro cuerpo, y mostrarles que poner en practica
valores morales y espirituales no está pasado de moda y que eso no nos limita
en ninguna manera como mujeres libres y que toman sus propias decisiones.
En los países latinoamericanos y específicamente en nuestro
país la mayoría de musulmanes somos conversos, Allah (swt) nos ha guiado al
camino recto volviéndonos al Islam, y esto implica además que nuestra sociedad
en su mayoría es cristiana o protestante, tenemos también testigos de Jehovah,
mormones etc. Que muchas veces son más aceptados o vistos de manera más natural
que nosotros los musulmanes.
Desenvolvernos en una sociedad como ésta más que un
impedimento para nuestra fe, debemos verlo como una oportunidad para probarla
ya que a diario nos vamos a encontrar con factores que van a intervenir en que
nuestra fe fracase. Así pues que el
hecho de vivir en este tipo de sociedad no turbe nuestra fe.
Tenemos como ejemplo a Asia la esposa de Faraón que a pesar
de que vivía en un ambiente ateo fue de las primeras en aceptar la profecía de
Musa (as), claro no fue un camino fácil pero ella no desfalleció, siempre se
aferró fuertemente a Allah (swt):
“Y Dios ejemplifica a los creyentes con la mujer del
Faraón, cuando dijo: ¡Oh, Señor mío! ¡Constrúyeme junto a Ti una morada, en el
paraíso, y sálvame del faraón y de sus fechorías y sálvame de los inicuos! “.
[Corán 66:11]
En conclusión vivir en un ambiente donde casi todo se opone a
nuestras fe no sea motivo para alejarnos de ella, es más debe ser motivo para
hacernos fuertes, para no dejar pasar nuestras oraciones diarias, para no parar
en nuestra búsqueda del conocimiento sobre el Islam y poder transmitirlo a
nuestra sociedad y futuras generaciones y sobretodo que esta sociedad sea
motivo para motivarnos a servir de ejemplo a las demás mujeres de otras
religiones o a las que no profesan ninguna religión, y que se den cuenta que en
el Islam el ser mujer es sinónimo de ser respeto y valoración.
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